viernes, octubre 02, 2009

Lo que fue, lo que es... lo que no será.

No había tenido una noche tan mala en casi tres años.

Estaba por cumplir 48 horas sin dormir absolutamente nada, preocupada por la salud de mi hermano, por la de mi hija que se encontraba enferma en casa, con el estómago lleno de americanos cargados, cacahuates y saliva sabor menta. Con un libro de Oscar Wilde que he traído en mi bolsa por semanas y no he podido siquiera ojear, con un celular reproduciendo las misma canciones cada hora y media... con la misma sensación que me queda cada vez que guardo mi orgullo en la bolsa de mi pantalón y perdono a alguien aún cuando no me lo ha pedido.

Una mujer al fondo de la sala de espera del hospital donde me encontraba sentada lloraba amargamente la pérdida de su madre, odio ser espectadora de las tristesas ajenas, me incomoda empatizar y no poder expresarlo. Decidí fumar un cigarro mas, al salir me cruzé con un señor que llevaba a una mujer muy hermosa de no mas de 20 años en los brazos completamente inconsciente, metros atrás un séquito de familiares todos con el terror en la cara. Una historia tonta y triste, las abuelas de la mujer la auto medicaron, su cuerpo sufrió un shock y después de un par de horas se supo que no sobrevivió.

No regresé a la sala de espera, pero la familia de la mujer se movía por todo el lugar así que todos los presentes nos pudimos enterar de cada detalle, "que twitter ni que nada" pensé en algún momento.

Lloré un rato con ellos, en esa oscuridad, con ese frió y en ese mismo propicio lugar para llorar dudo mucho que sólo yo , ajena a esa familia, lo hubiera hecho. Lloré por la mujer, por la imagen de las abuelas de la mujer tirándose al piso gritando de dolor cuando les dijeron que ya había muerto, por mi soledad, por mi cansancio, por mi ganas de abandonar todo y largarme con mi hija a quién sabe donde, por que me dio miedo morirme y no verla crecer, por las cosas con las que no me gusta lidiar...
Amaneció. De camino a casa trataba de imaginar la vida de la mujer que había muerto, era en verdad muy linda, que pena que ya no lo será más. Sentí el frio de la mañana en todo mi cuerpo y sonreí...