La belleza de haber nacido mujer no radica en lo que hay en medio de mis piernas sino que nací bajo el cobijo de una palabra que lejos de delimitarme en un género o actividad, me ha dado la oportunidad de ser cualquier cosa.
Hace algunos días me inscribí en el gimnasio porque mi obesidad me empezó a estorbar; tengo una hija divertida y de retos; una pareja que me da amor, seguridad y que me impulsa a ser mejor cada día; un trabajo en donde se me permite tomar decisiones y me enseñan a valorar el trabajo en equipo... y unos amigos que lejos o cerca están ahí, intermitentes pero enormemente estimados.
Y en ese tren de felicidad el freno era mi propio cuerpo así que decidí que todo debe avanzar a igual ritmo aunque eso signifique en ocasiones (como hoy) apenas pueda mantener los ojos abiertos o me duelan partes del cuerpo que ni siquiera se como se llaman.
Wish me luck!!
