jueves, marzo 13, 2014

Las esferas que irradian luz y que iluminan a las que siempre vivieron en oscuridad.

La soledad es un lugar seco, frío y tenebroso, pero siempre que sepas encontrarle el gusto, puede no ser tan malo para vivir en él.

Al menos esa era mi excusa cuando me preguntaba a mí misma por qué no podía (o quería?) estar con alguien mas... cada despedida fue un mero trámite que  cuando llegaba la hora, me apresuraba a realizar sin importar lo larga o corta de la estancia, el tiempo o los recursos invertidos.
Siendo sinceros, me importaban un demonio la estancia, el tiempo o los recursos. Yo sólo estaba y cuando había que irse me alegraba porque sabía que ni siquiera me gustaba estar ahí.

De los recuerdos tampoco me he ocupado... siempre me los imaginé como esferas transparentes en una pecera de cristal que cuando se me ocurría meter la mano para tomar una, solían romperse y el líquido que contenían apestaba de manera insoportable. En ocasiones sin embargo me obligaba a hacerlo, a sacar una y aguantar el sufrimiento de tener que olerla... y es que a veces hay que acudir al pasado para saber que se va hacer en el futuro.

No sé que era, o qué clase de vida pude haber llevado pero un día me encontré abrazada a un hombre con el que me gustaba estar, con el que sentía calor y sobre todo, sentía algo que yo no había conocido antes que se llamaba felicidad.

El amor vino entonces y salio expulsado de mí sin que pudiera contenerlo en forma de un "te quiero" la primera vez que te entregue mi cuerpo, y después cuando era tanto que ya no cabía en esa frase, en un "te amo". Aún creo que lo que siento por ti no se reduce a palabras, pero se extiende a acciones:  a querer hacer por ti las cosas que te gustan tratando de compensar las cosas que has hecho por mi, tratando de compensar como iluminas mi vida, los recuerdos, el pasado y el día con día.

El amor es un eslabón en una cadena que incluye el respeto, la admiración, la lealtad y la emoción por estar  contigo y generar mas recuerdos de los que brillan y que hacen que mi vida sea de colores. De los que me hacen agradecer a Dios estar viva y haber juntado nuestros caminos.

Yo no sé que era antes, pero hoy te puedo decir que me has dado la vida que ní siquiera soñaba. Cada día que pasa lo que siento por ti crece y evoluciona... mi vida es de colores y todo es gracias a ti.


TACT.

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